Para verdaderas composiciones: partituras antiguas en 38 cuadros. Simplemente añada a sus composiciones las hojas que caen o que yacen en el suelo. Un complemento perfecto para pianos solitarios, para músicos tocando o simplemente para diseños en los que la música debe estar en el aire.
Viejas partituras, sopladas por el viento y capturadas fotográficamente: ahora tocan una nota de motivo que le faltaba a sus composiciones.