Las personas difieren en su capacidad para manejar el estrés: algunos son muy resistentes, mientras que otros se estresan más fácilmente. En particular, en el lugar de trabajo, los conflictos y las disputas pueden representar un desafío significativo. No todos saben cómo comportarse correctamente en momentos intensos o cómo resolver mejor la situación después de una pelea. Esto puede llevar a un estrés continuo y malestar, lo que a su vez puede afectar negativamente el ambiente laboral y la productividad. En este sentido, es crucial desarrollar estrategias efectivas para poder manejar dichas situaciones. En este artículo mencionamos cinco consejos universales que te ayudarán a lidiar mejor con los conflictos en el lugar de trabajo. Estos consejos están diseñados para promover tanto la resiliencia personal como para mantener un ambiente de trabajo saludable y constructivo. Con estas estrategias puedes aprender a reaccionar de manera constructiva y contribuir a una solución positiva.
En la pelea nace la verdad
Los conflictos en el lugar de trabajo son a menudo inevitables, pero la forma de manejarlos puede ser crucial para determinar si conducen a soluciones constructivas o a tensiones persistentes. El refrán alemán "En la pelea nace la verdad" ilustra que a través de los conflictos a menudo se pueden obtener percepciones y comprensiones más profundas. Es importante considerar los conflictos como una oportunidad para mejorar y aclarar, siempre y cuando ambas partes actúen de manera razonable y orientada a objetivos.
No contradigas: negocia con los inteligentes, engaña a los tontos.
Mikhail Litvak
Si puedes comunicarte de manera constructiva con una persona con la que tienes desacuerdos y seguir ciertas reglas de comportamiento, muchos malentendidos pueden aclararse de manera efectiva.
Sin embargo, si resulta que la otra parte no está interesada en una solución productiva y se comporta de manera no cooperativa o inapropiada, puede ser difícil mejorar la situación por sí solo. En tales casos, es aconsejable informar del problema a instancias superiores, como al supervisor o al departamento de recursos humanos.
1. No elevar la voz
Intenta mantener la calma durante un conflicto para mantener la situación bajo control y evitar una escalada. Hablar en voz baja y clara muestra respeto hacia todas las partes involucradas y contribuye a que se te perciba como alguien racional y reflexivo. Esto puede ayudar a calmar las emociones de la otra parte y crear un ambiente en el que sea posible una discusión constructiva. Un tono tranquilo fomenta la disposición a escuchar y colaborar en lugar de provocar resistencia y actitudes defensivas.
2. Nunca llevarlo al terreno personal
Intenta evitar comentarios o ataques personales durante discusiones acaloradas, ya que estos pueden causar daño a largo plazo y afectar la relación laboral. Al ceñirse estrictamente a los hechos y evitar comentarios personales, se asegura de que el conflicto siga siendo objetivo y orientado a la solución. Esto subraya la profesionalidad y fomenta el respeto y la comprensión en ambas partes. Los ataques personales pueden llevar a la otra persona a ponerse a la defensiva y disminuir la probabilidad de llegar a un acuerdo.
En lo profundo de nuestras mentes vive una sed insaciable de conflictos. No estás luchando tanto contra mí, como contra la naturaleza humana.
James Moriart
3. No responder a provocaciones
Trata de reconocer los comentarios provocativos durante los conflictos y no reaccionar ante ellos. En lugar de dejarte desafiar emocionalmente, respira hondo, mantén la calma y concéntrate en resolver el problema real. Esto muestra que no eres fácilmente manipulable y te mantienes en un nivel racional, lo que a menudo resulta en que el provocador revisa su táctica.
4. Usar el método Aikido de "Conectar y Redirigir"
Primero haz sentir a tu interlocutor que entiendes y compartes su opinión. Esto crea una base de confianza y reduce la resistencia. A lo largo de la conversación, lleva a cabo una discusión suave en la que gradualmente comienzas a introducir tus propias opiniones. El objetivo es influir en la opinión de tu interlocutor de manera que poco a poco comience a aceptar tu punto de vista. Idealmente, este proceso se guía de tal manera que tu interlocutor finalmente cree que la nueva perspectiva es realmente la suya. Esta técnica fomenta una resolución armoniosa y minimiza los conflictos al fortalecer la sensación de acuerdo y comprensión mutua.
5. Elogiar antes de reprender
Reconoce primero los aspectos positivos del comportamiento o desempeño de la otra persona antes de criticar. Esto ayuda a abrir a la otra persona para la conversación y a hacerla menos defensiva. Al reconocer lo que está yendo bien, se muestra aprecio y respeto, lo que hace que sea más probable una reacción positiva ante críticas posteriores. Este enfoque puede ayudar a que la crítica sea percibida más como retroalimentación constructiva y no como un ataque personal.
Se necesitan dos para tener un accidente.
Francis Scott Fitzgerald
Resumen y Perspectivas
Es humano cometer errores, y es importante entender que no se debe juzgar a todos según nuestros propios estándares. Si te das la oportunidad de reconocer que tú también puedes equivocarte, serás menos propenso a juzgar a los demás de manera precipitada. Esta actitud fomenta la empatía y la comprensión dentro del equipo.
Recuerda, aunque tu entorno laboral no sea tu familia, son las personas con las que pasas una gran parte de tu tiempo. Vale la pena cultivar estas relaciones y manejar los conflictos cuidadosa y consideradamente. En situaciones estresantes o conflictivas, es ventajoso mantener la tranquilidad de una boa y la sabiduría de un filósofo.
Te deseamos todo lo mejor para tus futuros desafíos y esperamos que puedas utilizar estos consejos para crear un entorno laboral más positivo y productivo. Mantente tranquilo y reflexivo, incluso en los momentos más difíciles.