Leyenda del boceto:
Mientras que hace unos 10 años, los fotógrafos, a la hora de presentar sus fotografías de mayor éxito, se centraban en la exposición (físicamente tangible) de copias originales en marcos o en la recopilación de fotografías en una carpeta de presentación, la publicación en Internet es ahora el tipo de presentación más habitual, seguida de la impresión de "libros de fotos" encuadernados (encargados a través de Internet). El tratamiento digital de las fotos capturadas digitalmente se ha convertido rápidamente en la forma más importante de preparar una presentación.
Las ventajas son evidentes: hace 10 años, los fotógrafos tenían que crear ellos mismos cada impresión en el cuarto oscuro mediante procesos químicos (lo que solía requerir varios intentos, un procedimiento que llevaba mucho tiempo) o encargar su producción a un laboratorio especializado con un coste elevado, pero ahora es fácil para cualquiera obtener las fotos procesadas de la forma deseada mediante el postprocesado digital de imágenes:
Como probablemente todo el mundo tiene un ordenador y los programas de edición de imágenes son casi un "juego de niños" (al menos intuitivamente), ya no hay que depender de costosos conocimientos especializados ni de voluminosos equipos de laboratorio, sino que uno mismo puede editar sus fotos casi "jugando" de la forma que desee.
No hay una respuesta general a la pregunta de cuánto hay que editar las fotos; es sobre todo una cuestión de gustos. Yo soy, hay que reconocerlo, bastante conservador en este sentido: siempre intento hacer las fotos de forma que estén "acabadas" en el momento de disparar. A menudo sólo hago cambios de color en el ordenador.
Aunque los precios de compra de los modernos ordenadores profesionales y de los programas de tratamiento de imágenes son mucho más elevados que los precios de compra de los equipos de laboratorio de la época, la forma más eficaz de trabajar hace que se pueda calificar de salto cualitativo en términos económicos el hecho de procesar ahora las fotos yo mismo en mi ordenador en casa, sobre todo porque se han eliminado los costes de papel fotográfico, productos químicos de revelado, películas, etc.
En Internet
Internet como plataforma de presentación de las mejores fotos es ideal por varias razones: en primer lugar, las fotos se hacen accesibles a un público muy amplio (casi infinitamente amplio). Cualquier persona del mundo con acceso a Internet podría -al menos en teoría- ver las fotos, sin tener que desplazarse y sin perder tiempo. En segundo lugar, el esfuerzo de presentación es relativamente bajo en comparación con una exposición (con envío de tarjetas de invitación, vernissage y finissage y catering para los invitados, etc.).
Bastan unos conocimientos básicos de informática para subir las fotos a las llamadas comunidades fotográficas y presentarlas a personas afines e "invitados". Por supuesto, es mejor tener tu propia presencia en Internet, ya sea creada por ti mismo, por amigos con los conocimientos pertinentes o por diseñadores de medios formados. En tercer lugar, Internet permite intercambiar fotos individuales de forma repetida y sencilla para mantener al día la "exposición permanente". Y esto puede hacerse desde casi cualquier lugar del mundo.
La presencia en Internet se convierte así en una tarjeta de presentación de sus propias habilidades fotográficas y se ha convertido en una parte indispensable de la vida cotidiana de fotógrafos profesionales y aficionados por igual.
Así que muestre sólo sus mejores trabajos fotográficos, sus momentos más destacados. 10 fotografías de primera dejarán una impresión positiva más duradera en los visitantes de tu sitio web que 70 fotos "sólo buenas", porque incluso en Internet: "¡A veces menos es más!".
Como libro de fotos y calendario
Desde hace algunos años también es posible producir libros (o calendarios) propios de excelente calidad mediante impresión digital (como artículos individuales o tiradas muy pequeñas).
Los proveedores de Internet suelen poner a disposición de los interesados su propio software de diseño de forma gratuita (como descarga), que se puede cargar en un PC o Mac en casa.
El manejo de este software suele ser totalmente sencillo. Los usuarios pueden seleccionar intuitivamente las fotos que desean utilizar en el libro y es igual de fácil crear un atractivo diseño de su elección.
Varias plantillas de formato ayudan a los principiantes a crear resultados de aspecto profesional.
También se puede añadir texto, así como diferentes colores de fondo, tamaños de formato variables (de "Pocket" a "Maxi") ...
... y diferentes portadas de libros no necesitan ser enfatizados.
En resumen: ¡Ideal para presentar sus mejores fotos de forma limpia y ordenada!
Desventaja: La sustitución de una o varias fotos sólo es posible reimprimiendo todo el libro.
Sin embargo, los libros impresos digitalmente no sólo son una excelente forma de presentación y promoción para los fotógrafos, ...
... este tipo de "portafolio" también es muy adecuado para modelos.
También suelo crear libros de fotos para particulares que quieren hacer un bonito -y a veces erótico- regalo a sus seres queridos. Los resultados de una sesión fotográfica se presentan con mucha más calidad que, por ejemplo, una o dos docenas de copias en papel.
La impresión offset, en cambio, funciona de forma muy diferente y es muy compleja y cara debido a sus características técnicas. Sólo a partir de tiradas de varios miles de ejemplares disminuye el precio unitario, de modo que los precios de venta de los libros se sitúan dentro de lo normal. Por tanto, los libros impresos en offset son sencillamente inadecuados para presentaciones, a menos que tengas la suerte de encontrar una editorial que quiera publicar un libro ilustrado con tus fotos.
Una vez que lo hayas conseguido, es una gran sensación saber que hay miles o incluso decenas de miles de personas que tienen tus fotografías en forma de libro en sus estanterías.
Carpeta de presentación
Las carpetas de presentación tienen la ventaja de que las mejores fotos se pueden reorganizar tantas veces como se quiera, de modo que se pueden sustituir fotos sueltas y añadir otras sin problemas. A finales de los años 90, todavía se utilizaban impresiones originales (producidas por medios químicos) montadas sobre cartón sin ácido para las carpetas de presentación, pero en la era de la fotografía digital, sólo se utilizarán impresiones de alta calidad (por ejemplo, en papel de alta calidad hecho a mano) en carpetas de presentación por razones de economía y flexibilidad.
No obstante, la carpeta no debe dejar de ser atractiva y estar confeccionada con cariño, y tampoco hay que prescindir del papel glassine (como separadores). Recuerda que, en muchos casos, la carpeta es la primera impresión (¡y duradera!) que das con tu trabajo fotográfico. Especialmente en el campo de la fotografía erótica, es especialmente importante presentar tu trabajo de forma pulcra y con una alta calidad para contrarrestar el prejuicio de la "torpeza" a la hora de conocer a nuevos contactos.
Las carpetas de presentación con anillas y fundas transparentes, en las que puedes insertar y archivar tus fotos, no son tan atractivas ni tienen tanta calidad, pero son prácticas. Las encontrarás en tiendas de fotografía, en tiendas de arte y, por supuesto, en papelerías bien surtidas. Si no quieres tomarte la molestia de crear un portafolio, esta solución sigue siendo una buena opción. Sin duda, esta solución es mejor que tener todas tus obras escondidas en una caja debajo de la cama o en la mesilla de noche.
Exposición de fotos
Siempre ha sido (y sigue siendo) el sueño de todo fotógrafo organizar su propia exposición. Tú también habrás pensado a menudo cómo sería sentir las miradas apreciativas del público invitado en la inauguración de la exposición (vernissage) o hablar con tus colegas fotógrafos de alto y bajo perfil o leer el reportaje (¡esperemos que positivo!) en la prensa local un día después.
Pero el buen Dios (o quien sea) ha puesto el trabajo antes que la cosecha, así que permítanme advertirles desde ahora del enorme esfuerzo que supone organizar una exposición propia que no se pierda en la masa de acontecimientos culturales de su ciudad: Hay que producir fotos de tamaño suficiente (por medios químicos o impresión digital), luego hay que montarlas y/o colocarlas en soportes, que a su vez hay que colocar en marcos (previamente adquiridos) (que pueden costar una pequeña fortuna si los compras en lugar de pedirlos prestados).
Luego tienes que encontrar una habitación adecuada, lo suficientemente grande y con paredes blancas y neutras.
¿Ya has organizado la vajilla, la cubertería y los vasos? Los necesitarás más adelante. Al fin y al cabo, hay que invitar a los invitados y, por supuesto, causarás una mejor impresión si envías tarjetas de invitación profesionales. Es especialmente importante que no se olvide de nadie que, si la exposición es un éxito (¡y ése es su objetivo!), se llevará el mérito de haberle ayudado alguna vez (o más veces) en la realización de sus fotos.
Y por último, pero no por ello menos importante, también debes enviar tarjetas de invitación a la prensa local y, si es necesario, nacional, pero no una tarjeta por periódico, sino a todos los redactores importantes del departamento cultural o regional (o al menos a todos los redactores que se consideren importantes, que probablemente serán todos). El día de la inauguración, debe tener preparado champán, aperitivos y tentempiés, porque puede contar con los dedos de una mano el número de visitantes que acuden sólo por su extraordinario trabajo (sobre todo porque ya conocen sus fotografías de sobra)...
Debería mimar a los visitantes de su exposición no sólo visualmente, sino también con delicias culinarias...
Por cierto, si esta lista, seguramente incompleta, aún no le ha dado ganas de organizar su propia exposición, no dude en invitarme; y si dispongo de tiempo suficiente y, lo que es aún más importante, el organizador me garantiza que servirá a los visitantes un suntuoso catering, sin duda acudiré ;-)